"La casa está dentro de la arquitectura de nuestro siglo, dentro de la corriente optimista. Para mi la idea de una casa es un concepto abstracto de espacios interrelacionados para poder vivir en ellos; una estructura de necesidades donde imperen el bienestar y la comodidad del ser humano en su propio microcosmos, dentro de su habitable universo".
Cada cuatro años podemos genuinamente celebrar al connotado arquitecto mexicano Agustín Hernández Navarro, quien hoy cumplió 92 años de edad. Agustín obtuvo su título de arquitecto en la UNAM, donde por medio de un proyecto de título innovador comenzó lo que sería una carrera muy particular, influenciada en lo formal por las culturas pre-colombinas mexicanas pero de ejecución indudablemente moderna. A lo largo de su carrera se ha esforzado por crear un discurso propio dentro de la arquitectura moderna que, deslindándose de la tradición europea, busca establecer un lenguaje contundente y único.
Encasillada por algunos autores como arquitectura emocional, sus propuestas lindan en lo escultórico, traduciendo elementos de la propia idiosincrasia cultural e histórica a un ámbito contemporáneo. Al mezclar el pasado con el presente el resultado es una arquitectura verdaderamente atemporal y de una monumentalidad única como se puede apreciar en su Taller de Arquitectura en Mexico o la Casa en el Aire, donde logra combinar formas caóticas de manera armónica creando espacios que dejan al usuario atrapado en el espacio temporal tan característico de Hernández.